feb
13
Los platos esperan en la mesa ese viernes al mediodía. Primero papá, luego mamá y por último yo. Mis hermanos no comerán hoy con nosotros. Frijoles, sopa de frijoles. Mi madre enciende la tele, mi padre se quita la camisa, hace calor y yo pienso frijoles, no quiero comer frijoles. Veo a papá, veo a mamá, están conmigo, pasé todo una semana lejos de ellos y ahora por fin, están conmigo. Vuelvo mi mirada a la sopa de frijoles y pienso: frijoles, qué ricos los frijoles en compañía de mis papás, y sonrío.
Papá terminó de comer y se levanta, mamá también está a punto de terminar y yo comienzo a comer mi postre: frutas. Papá ya se fue, mamá también y yo satisfecho me levanto y pienso en el libro que tengo en lectura, voy a mi habitación y reanudo la aventura, porque la lectura es una aventura, ¿sabéis?, no solo porque es una historia la que está escrita, sino porque es también tu historia, la historia de cuando estabas leyendo la aventura.
¡Qué bonito es mi pueblo!, sobre todo cuando no es fin de semana, todos esos gringos, europeos, capitalinos y comerciantes que deambulan por las calles y la vuelven muy ruidosa, es un espanto. A menudo me dicen: "qué bonito es tu pueblo, la comida es deliciosa, se pueden encontrar tantos alimentos exóticos", "qué clima más fresco la de tu ciudad", "qué iglesia tan linda", "qué limpio mantienen tu pueblo", "qué...", "qué...", "qué tranquilo es". ¡Tranquilo! Dicen tranquilo si solo han estado allí durante el fin de semana, que es cuando hay mucha bulla, suciedad y calor. Por eso adoro estar allí durante la semana, disfrutar de las bondades del pueblo antes que venga el barullo.
Abro mi libro, busco dónde quedó el separador y una paloma, una paloma se posa sobre un cable eléctrico cerca de mi ventana. Son dos ahora. Currucucú. ¡Cantó! y pongo cara de bobo, cierro el libro. Currucucú, volvió a cantar la paloma que se asomó primero, la otra no arrulla, solo mira de un lado a otro, entretenida. Ahora la primera extiende las alas, las cierra, se balancea hacia atrás y adelante. Currucucú, volvió a cantar, pongo el libro a un lado y me levanto suavemente, acercándome a la ventana. "Vamos canta, canta", susurré. Se vuelve a balancear, camina sobre el cable, alejándose un poquito de la ventana. "No te vayas, canta", insisto. Currucucú y vuelvo a poner esta vez una cara de pendejo, asombrado, como si nunca había visto una paloma en mi vida y como si nunca hubiese escuchado zurear. Sigue alejándose, se detiene, se mece, extiende las alas, se aleja, se detiene, extiende las alas, se mece... Currucucú, ¡cantó!
Después que las palomas se alejaran, terminé un capítulo del libro, vi que el siguiente era corto y lo leí también, vi cómo era el siguiente, era largo, mejor me duermo, ya que estoy en la cama por qué no echar una siestecita. Zzz.
Papá terminó de comer y se levanta, mamá también está a punto de terminar y yo comienzo a comer mi postre: frutas. Papá ya se fue, mamá también y yo satisfecho me levanto y pienso en el libro que tengo en lectura, voy a mi habitación y reanudo la aventura, porque la lectura es una aventura, ¿sabéis?, no solo porque es una historia la que está escrita, sino porque es también tu historia, la historia de cuando estabas leyendo la aventura.
¡Qué bonito es mi pueblo!, sobre todo cuando no es fin de semana, todos esos gringos, europeos, capitalinos y comerciantes que deambulan por las calles y la vuelven muy ruidosa, es un espanto. A menudo me dicen: "qué bonito es tu pueblo, la comida es deliciosa, se pueden encontrar tantos alimentos exóticos", "qué clima más fresco la de tu ciudad", "qué iglesia tan linda", "qué limpio mantienen tu pueblo", "qué...", "qué...", "qué tranquilo es". ¡Tranquilo! Dicen tranquilo si solo han estado allí durante el fin de semana, que es cuando hay mucha bulla, suciedad y calor. Por eso adoro estar allí durante la semana, disfrutar de las bondades del pueblo antes que venga el barullo.

Después que las palomas se alejaran, terminé un capítulo del libro, vi que el siguiente era corto y lo leí también, vi cómo era el siguiente, era largo, mejor me duermo, ya que estoy en la cama por qué no echar una siestecita. Zzz.
Una lectura agradable, entretenida, y bien hilvanada. Me ha gustado mucho.
Abrazo
Muchas gracias por tu comentario José Jaime. Me alegra que te haya gustado.
Saludos.
Coincido con José Jaime. LInda forma de contar.
Saludos PTB.
Me ha gustado mucho como enlazas y entrlazas tus relatos y posts.
Un saludo PTB